Entonces vi el cielo abierto, y allí
estaba un caballo blanco. El que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero,
porque era justo cuando gobernaba o cuando iba a la guerra.
Sus ojos
parecían llamas de fuego; llevaba muchas coronas en su cabeza, y tenía
escrito un nombre que solo él conocía.
Estaba vestido con ropa teñida de
sangre, y su nombre era: «El Mensaje de Dios».
Los ejércitos del cielo,
vestidos de lino fino, blanco y limpio, lo seguían montados en caballos
blancos.
De su boca salía una espada afilada, que representa su mensaje
poderoso; con esa espada conquistará a todos los países. Los gobernará
con fuerza, y él mismo exprimirá las uvas para sacar el vino que
representa el terrible enojo del Dios todopoderoso.
En su manto, y sobre
el muslo, llevaba escrito este título: «El rey más poderoso de todo el
universo».
Vi entonces que un ángel estaba de pie, en el sol, y que les
gritaba a las aves de rapiña que vuelan en lo alto del cielo:
«Vengan y
reúnanse para la gran cena de Dios. Comerán carne de reyes, de jefes
militares y de valientes guerreros. También comerán la carne de los
caballos y de sus jinetes; comerán carne de toda clase: de gente libre y
de esclavos, de gente importante y de gente poco importante.»
Entonces
vi al monstruo y a los reyes del mundo con sus ejércitos. Se habían
reunido para pelear contra el que estaba montado en aquel caballo
blanco, y contra su ejército.
El monstruo fue capturado, junto con el
falso profeta que en su presencia había hecho maravillas. El falso
profeta había engañado con milagros a los que se dejaron poner la marca
del monstruo y adoraron su estatua. Los dos fueron lanzados vivos a un
lago donde el azufre arde en llamas.
Luego, con la espada que salía de
su boca, el que estaba sentado sobre el caballo blanco mató a todos los
soldados del monstruo. Y las aves de rapiña se dieron un banquete con la
carne de ellos.
( Apocalipsis 19:11-21 )
*Jesús te ama, Dios te bendiga! Jesús murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó!
( Romanos 10:9 ) que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.