En el momento en que el Cordero rompía el primero de los siete sellos, oí que uno de los cuatro seres vivientes decía con voz de trueno: ¡Acércate!
Miré entonces, y vi salir un caballo blanco. El que lo montaba llevaba en la mano flechas y un arco, y le dieron una corona. Había vencido a sus enemigos, y salía dispuesto a seguir venciendo.
Cuando el Cordero rompió el segundo sello, oí que decía el segundo de los seres vivientes: ¡Acércate!
Salió entonces un caballo rojizo. Y Dios le dio permiso al jinete de acabar con la paz del mundo, y de hacer que unos a otros se mataran. Y le dieron una gran espada.
Cuando el Cordero rompió el tercer sello, oí que decía el tercero de los seres vivientes: ¡Acércate!
Luego vi un caballo negro. El que lo montaba llevaba una balanza en la mano.
Y de en medio de los cuatro seres vivientes oí una voz que decía: El salario de todo un día de trabajo solo alcanzará para comprar un kilo de trigo o tres kilos de cebada. ¡Pero no subas el precio del aceite ni del vino!
Cuando el Cordero rompió el cuarto sello, oí que decía el cuarto de los seres vivientes: ¡Acércate!
Después vi un caballo pálido y amarillento. El que lo montaba se llamaba Muerte, y lo seguía el representante del reino de la muerte. Y los dos recibieron poder para matar a la cuarta parte de los habitantes de este mundo, con guerras, hambres, enfermedades y ataques de animales salvajes.
(Apocalipsis 6:1-8)
*Jesús te ama, Dios te bendiga! Jesús murió por sus pecados, fue sepultado y resucitó!
(Romanos 10:9) que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.